La veterinaria Constanza Stuart de CICAN (www.cican.cl) nos aclara las dudas que muchas veces surgen sobre este tema.
Es común escuchar una serie de comentarios a la hora de castrar a nuestro perro, muchos de ellos suelen ser verdad, así como también muchos son falsos.
Lo primero que debemos saber es que la castración consiste en retirar ambos testículos, bloqueando la producción de hormonas sexuales masculinas (principalmente testosterona), ésta es una cirugía muy sencilla, la recuperación del perro es muy rápida y las complicaciones suelen ser poco frecuentes.
Una de las afirmaciones más comunes de escuchar es que los perros necesitan reproducirse al menos una vez antes de ser castrados, esto es falso, estudios al respecto informan que no existen problemas de salud ni de comportamiento en los animales que son esterilizados y que nunca se cruzaron, por el contrario, los beneficios en la salud son importantes, ya que se previenen cánceres testiculares y enfermedades a la próstata, enfermedades que suelen ser mortales.
Un mito común de escuchar es el relacionado al temperamento, es importante saber que éste no cambiará ni se verá alterado producto de la castración, sin embargo muchas veces se recurre a esta cirugía en casos de agresividad intrasexual (entre perros machos), y en casos de dominancia y agresividad hacia miembros de la familia o extraños, en éstos casos el problema se ve modulado, disminuyendo la agresividad, pero no modificando su temperamento, esto se debe a que como mencionamos anteriormente, al retirar los testículos disminuyen los niveles de testosterona, hormona que comanda este tipo de comportamientos, aunque muchas veces no es tan efectivo, ya que el perro está habituado a este tipo de comportamientos.
Ejemplo de esto es el marcaje con orina, que suele disminuir principalmente dentro del hogar, pero durante el paseo generalmente continua, debido a la gran intensidad de los estímulos olfativos, por esto es importante que en este tipo de problemas, sobre todo en los casos de agresividad, se trabaje en conjunto con una modificación conductual realizada por un profesional.
Otras conductas que se ven modificadas producto de la castración, son la monta inapropiada (hacia otros perros, personas u objetos inanimados) y el vagabundeo en busca de hembras, comportamientos en los que se obtienen grandes mejorías.
Así mismo, otro problema al que se ven enfrentados muchos dueños de perros al momento de decidir si castrar a su mascota, es el de creer que los animales se vuelven menos activos y por ende más gordos, la verdad es que los animales engordan no solo por ser castrados, sino que también al recibir una alimentación inadecuada o en cantidades excesivas y por la falta de ejercicio, es por esto que dándoles una alimentación acorde a sus requerimientos después de la castración y ejercitándolos será una manera de prevenir el aumento de peso.
Finalmente, es importante mencionar que según distintos estudios, la edad a la que se realiza la castración, parece ser independiente de los efectos de ésta y los resultados no suelen ser inmediatos, pudiendo demorar hasta seis meses.
Por: Constanza Stuart C. Médico Veterinario, Especialista en Etología Clínica, CICAN.